Monterrey.-En los mil del “Tuca”, fue el quinto del Tigre.
En una noche impresionante, en una noche de emociones, de buen fútbol, de garra, en una noche histórica hasta con bronca, los Tigres de la UANL se convirtieron en los Campeones del Apertura 2016, al vencer de forma dramática a las Águilas del América en la fatídica serie de tiros penal.
En una serie de tiros penal en donde surgió la figura del portero argentino Nahuel Guzmán, quien atajó tres balones tirados por los americanistas, dando a los felinos el quinto título de su historia.
En medio de cohetones, de una euforia nunca antes vista, de una noche inolvidable, Tigres dio la vuelta olímpica alzando el preciado trofeo ante su enloquecida afición y que lo convierte en el mejor equipo de México, el número uno de la nación, sin discusión alguna.
El árbitro Jorge Isaac Rojas se envolvió en la polémica al expulsar a Jorge Torres Nilo y José Rivas por Tigres, mientras que pos las Águilas, salieron con tarjeta roja Rubén Sambueza, Paolo Goltz, así como Ventura Alvarado.
AMÉRICA EN VENTAJA
Se jugaba el minuto 95 (primer tiempo extra) y en un certero remate de testa, Edson Alvarez ponía en ventaja a las Águilas del América.
Tigres remó contra corriente y posteriormente, a un minuto del final, apareció Dueñas con el gol de empate.
Esto, cuando parecía que las Águilas llevarían el trofeo a sus vitrinas, en su centenario.
EL 1-1
A los 119 minutos, exactamente uno antes del final, JürgenDamm jugó el balón por la zona derecha y envió centro al área americanista; en medio de todos, Jesús Dueñas remató la esférica con tal certeza, que sacudió a todo el americanismo y su historia.
Era el 1-1 que llevaba al partido a los fatídicos penales.
EL PATÓN
El francés André-Pierre Gignac, quien cerró la Liguilla anotando goles, hizo lo propio doblegando al “Moi” Muñoz.
Lo mismo hicieron el capitán Anselmo Vendrechovski “Juninho”, así como el medio volante argentino-mexicano Guido Pizarro.
Fue donde surgió la figura del argentino Nahuel Guzmán.
Fue la noche dorada para “El Patón”, quien de forma extraordinaria atajó los tiros de William da Silva, Silvio Romero y Javier Güemes.
En el tercer atajo, el estruendo se dejó sentir en el “Volcán” Universitario, que sin duda alguna, tuvo una de sus noches mágicas, espectaculares y más emocionantes en su historia.
El cielo se iluminó con los cohetones que tiñeron de colores el cielo plomizo.
Ciudad Universitaria retumbó en sus cimientos y es que los miles de hinchas congregados en el Universitario, elevaron los decibeles a niveles incalculables.
Las familias abrazaron a sus jugadores, la gente lloró de la emoción contenida, la felicidad fue tal, que la noche se hizo felina.
Después, los Campeones llegaron a Palacio de Gobierno.
Ahí, en la explanada de Los Héroes, miles de tigres vitorearon a sus ídolos, a sus guerreros, a sus bien amados Tigres de la UANL.
